Sin Violencia, Sin Muros
La migración de los países del Triángulo Norte: El Salvador, Guatemala y Honduras no es un algo nuevo, lo que es nuevo, es el nivel de violencia creciente, y el aumento de la situaciones que ponen en riesgo la vida de las persona en estos países, tales como: amenazas de muerte, extorsiones cotidianas, violencia sexual y el reclutamiento forzado de las grupos criminales transnacionales conocidos como “maras”.
Los testimonios obtenidos muestran que las personas LGBT tienen más riesgos que otras personas a lo largo de la ruta migratoria, debido a su orientación sexual y/o identidad de género, que les expone a discriminación de oficiales de migración, de fuerzas de seguridad y otras autoridades, así como de personas de las sociedades receptoras en general.
Protejan a las personas de la violencia.
Asuman la responsabilidad central de protección de personas deportadas.
Hagan evaluaciones de riesgo individualizadas de las personas deportadas para ofrecerles medidas de protección efectivas.
Garanticen que todos los programas de reintegración y recepción de personas deportadas tomen en cuenta las necesidades específicas y los derechos de los siguientes grupos: mujeres, personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI), y niños/as no acompañados/as.
Evalúen casos individuales para apoyar la re-admisión de solicitudes de asilo.